domingo, 27 de noviembre de 2011

LA POLITICA DEL GOBIERNO CON RESPECTO AL FINANCIAMIENTO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

LA POLITICA DEL GOBIERNO CON RESPECTO AL FINANCIAMIENTO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR Supuestamente, las políticas son directrices de carácter general que regulan u orientan decisiones, precisan rumbos entre varios posibles, señalan prioridades y ofrecen un marco de referencia dentro del cual se permite cierta libertad de acción. Las políticas para que sean tales deben ser explicitas, publicas, expresar un propósito claro e ir acompañadas de medios que permitan verificar su cumplimiento. Para que sean efectivas deben estar soportadas por un monto de recursos que permitan alcanzar los objetivos señalados. Las políticas deben contar con consensos diversos y ser emitidas por instituciones, no por individuos. La ausencia de estas características induce a tratar los temas públicos de una manera privada, sujeta a negociaciones y pactos entre individuos o grupos. La ausencia de una política de carácter público propicia la relación y acuerdos entre personas más que entre instituciones. Cuando una política no es soportada con los medios para hacerla operativa, la asignación de un recurso específico, se cae en el terreno del discurso o del voluntarismo: quiere cambiar un estado de las cosas sin proporcionar los medios para hacerlo. Es frecuente encontrar una diferencia entre lo que se dice (politca publica discursiva) y lo que se hace (política privada efectiva). No existe política alguna y que las decisiones son resultados de situaciones y presiones más que productos de un acto de reflexión y ponderación de asignación de recursos. ANTECEDENTES El financiamiento de la educación superior en los últimos 25 años, se puede encontrar diferentes tipos de políticas del Gobierno que no han tenido continuidad transexenal. Es conocido el fenómeno de expansión de la educación superior en el periodo de 1970 a 1976. Se manifestó en el número de alumnos atendidos, la incorporación de universitarios como profesores, la creación de nuevas instituciones. Las universidades públicas llegaron a disponer de casi 7 veces mas recursos entre 1970 y 1975 mientras que su inscripción únicamente se aumente un 122%. Se invirtieron muchos recursos para expandir el sistema. A principios de 1970 la mayor parte de los recursos de universidades públicas provenía de recursos estables y era complementada por la federación. La mayor parte del recurso provenía del gobierno federal. Esta federalización ha traído como consecuencias, el relativo desentendimiento de los gobiernos estatales en sus universidades y el interés y la atención de las instituciones hacia la federación que a su identidad federativa. En el transcurso del sexenio de apoyo a la educación superior pero sin apegarse a políticas que pudieran brindar coherencia al sistema o que se hubiera utilizado el recurso para propiciar cambios cualitativos. En palabras del Dr. Latapi: 1. No se emplearon los subsidios como instrumento de planeación. 2. Las instituciones de educación superior no se sintieron presionadas económicamente oír el Estado ni para presentar metas cuantitativas o cualitativas de desarrollo. 3. Tampoco se utilizaron para obligar y el orden y castigar el desorden. 4. El criterio que explica casi por completo los incrementos es el incremento de alumnos. 5. No se advierten tendencias de compensación por parte de la federación ni respecto de los volúmenes de subsidio estatales en relación con la capacidad económica de la entidad. 6. La habilidad política, las relaciones personales, las presiones políticas y compromisos, fueron factores para determinar las asignaciones de los recursos. Esta arbitraria asignación de recursos a cada institución marco un antecedente importante en la distribución del subsidio federal, que ha sido difícil modificar y corregir en los años posteriores. En 1972-1982 continuo el incremento al subsidio de la educación superior, se abrieron mas plazas de trabajo , se modernizo la infraestructura, mas el impulso del sexenio pasado a los instituos tecnológicos disminuyo. Para tratar de corregir los desaciertos del sexenio anterior, tanto el Gobierno como las propias instituciones se dieron a la tarea de crear mecanismos para impulsar un proceso planeado de desarrollo de la educación superior. EL PERIODO 1982-1988 En 1982 se inició la gran crisis de la educación superior. Las instituciones resintieron una disminución de su actividad académica, padeciendo recortes una vez aprobado el presupuesto, se inició el éxodo de profesores hacia otros ámbitos de la vida profesional. Una de las más castigadas fue la remuneración al personal académico y administrativo. Se corrió el grave riesgo de desmantelar las instituciones de sus mejores profesores e investigadores quienes, ante la grave pérdida del poder adquisitivo, iniciaron un éxodo a otras actividades, tal vez no tan atractivas pero si mejor remuneradas. Esta situación obligó al gobierno federal a implantar políticas y medidas específicas dirigidas no al conjunto de instituciones o a la totalidad de actividades, sino a grupos específicos y en función de intereses claros y medidas muy concretas. • En 1984 el gobierno accedió a una petición de la Academia de la Investigación Cientifica, consistente en crear el Sistema Nacional de Investigadores. • Establecer un sistema nacional de tabuladores para el personal académico, con el objeto de frenar los intentos de varias instituciones de subir el sueldo, de los profesores sin la autorización del gobierno federal y a la vez pretendía normalizar las remuneraciones de los académicos. • Conceder en todas las negociaciones salariales un incremento menor al de la inflación para todas las categorías y niveles salariales. Estos criterios serian base para la instrumentación de la política en el transcurso del sexenio. Los nuevos funcionarios reconocían los errores que se habían cometido años atrás y estaban con la intención clara de hacer un cambio sustancial y de fondo. LAS REMUNERACIONES AL PERSONAL Con respecto a los salarios se instrumentaron dos acciones: La primera pretende mantener el poder adquisitivo de los trabajadores en las condiciones que se encontraba en 1989, sin instrumentar acciones tendientes a recuperar la pérdida observada en la década de los 80. La segunda tiene como objeto retener a un parte de los profesores de tiempo completo de las instituciones que no pueden gozar de los beneficios del Sistema Nacional de Investigadores, consiste en otorgar otro ingreso adicional a aquellos profesores que muestren y demuestren una productividad deseada en un tiempo dado. EL FONDO PARA LA MODERNIZACION DE LA EDUCACION SUPERIOR El Estado, ha canalizado un mayor subsidio a la educación superior, tiende a reducir el monto que se puede manejar autónomamente las instituciones. Creó (FOMES) que es destinado a aquellos programas que se consideran pertinentes y relevantes tanto por las instituciones como por los evaluadores. No deben crear compromiso laboral para el siguiente año, son recursos extraordinarios, no regularizables, asignados por el gobierno federal en función de la calidad y pertinencia de los proyectos que presenten las instituciones. La novedad estriba en que el monto es mucho más elevado que en años o sexenios anteriores y en las formas de asignarlo. Los criterios generales para la asignación de recursos que se utilizaron en las evoluciones fueron: • Proyectos de excelencia académica. • Proyectos que propicien la pertinencia social de los servicios educativos. • Proyectos que muestren una orientación hacia el mejoramiento de la estructura administración y funcionamiento de la institución educativa. • ´Proyectos formulados por casas de estudio que han demostrado alto desempeño. • Proyectos que aseguren condiciones propias para poner en práctica de manera adecuada las acciones propuestas. Los recursos FOMES han sido muy significativos por su monto: llegan a representar aproximadamente la mitad del presupuesto institucional no ligado a remuneraciones. APOYO AL POSGRADO, CIENCIA Y TECNOLOGÍA La importancia de la ciencia y la tecnología para el desarrollo del país nadie la pone en duda; se está consciente de que el futuro depende en una buena medida de los avances que se obtengan en este campo. A pesar de esta conciencia, los fondos que se les destinan siempre han sido escasos, se redujeron severamente en el sexenio 1982-88 e iniciaron una progresiva recuperación a partir de 1989. En algunos aspectos particulares se produjeron algunos cambios en este sexenio. el CONACyT lo inicio con los programas y apoyos tradicionales. En 1992 se dio el cambio de titular de la secretaria de Educación Pública con lo cual se unieron voluntades afines para impulsar programas muy agresivos por parte de las dos dependencias. En los últimos años el CONACyT h desempeñado un papel muy importante para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país, ha ampliado sus programas y ha introducido en el ámbito de las instituciones de educación superior del país un reconocimiento a la calidad de los posgrados. EL SISTEMA NACIONAL DE INVESTIGADORES (SIN) El sistema se consolido en el sexenio y representa el principal mecanismo de registro de los investigadores del país: se creó una nueva área, se incrementaron estímulos, se dio un salario adicional para los investigadores en la edad dorada, que se mantuvieron en el sistema, podrán recibirlo de por vida. La proporción que representan los investigadores en el SIN con respecto al total nacional. Existen en México 14,095 investigadores, de los cuales aproximadamente 600 están en el SIN. EL PROGRAMA NACIONAL DE SUPERACIÓN DEL PERSONAL ACADÉMICO (SUPERA) En 1993, la ANUIES le propuso al gobierno federal un programa nacional de superación del personal académico con el objeto de incrementar la planta de profesores con estudio de posgrado en las instituciones de educación superior del país. A este programa el gobierno fedral le canalizó 40 millones de nuevos pesos en 1994 y 60 millones más para 1995, para dar atención a las instituciones de educación superior afiliadas a la ANUIES. Este programa es complementario al del CONACyT, y no supletorio. SUPERA ofrece otros apoyos a la institución tales como infraestructura y apoyos diversos a los programas de posgrado que no están el padrón de posgrado de excelencia del CONACyT, apoyo para el diseño de posgrados convencionales.

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